Categoría: Historias de brujas

  • ¿Brujería o histeria colectiva?

    ¿Brujería o histeria colectiva?

    Si hoy en día alguien te llama «bruja», es probable que sea en tono de broma o como piropo disfrazado de admiración. Pero en la Cataluña del siglo XVII, la cosa era bastante más seria… y bastante más absurda también. En esa época, ser mujer, tener opiniones propias y saber preparar una infusión de manzanilla te podía poner en la lista negra de la Inquisición o, peor aún, acabar en un juicio civil. Pero, ¿era brujería o histeria colectiva del pueblo?

    Lo curioso no es solo que tantas mujeres fueran acusadas de brujería, sino los motivos disparatados por los que se las señalaba. Vamos a hacer un repaso por algunas de las acusaciones más surrealistas, con la mirada de hoy y una ceja levantada de escepticismo.

    Hacer pactos con el diablo… ¡en catalán!

    Una de las acusaciones más comunes era la de haber firmado un pacto con el demonio. Pero ojo, no era cualquier pacto. Se decía que el Maligno aparecía con capa roja y botas negras, y que hablaba catalán perfecto. Porque claro, si vas a corromper almas, más vale hacerlo en el idioma local, ¿no? ¿Qué pensáis? ¿Brujería o histeria colectiva? Yo lo tengo claro.

    Provocar tormentas con el pensamiento

    En una época en la que el parte meteorológico se basaba en mirar al cielo y encogerse de hombros, no era raro que tras una tormenta especialmente destructiva alguien dijera: “Eso ha sido cosa de la María, que me miró raro ayer”. Las supuestas brujas eran acusadas de controlar el clima con malas miradas, conjuros, incluso agitando una escoba o atando un trapo con tres nudos. Os lo preguntaré de nuevo: ¿Brujería o histeria colectiva? Pasapalabra…

    Hablar con gatos = sospechosa oficial

    ¿Tenías un gato negro como mascota? Mala suerte. Se creía que las brujas se comunicaban con animales —especialmente gatos— que en realidad eran demonios disfrazados. Así que, si tu minino se frotaba demasiado contra tus piernas, mejor que nadie lo viera. (¿Será por eso que prefiero los perros? ¿Trauma ancestral?)

    Curar con hierbas = herejía

    ¿Brujería o histeria colectiva?

    La sabiduría popular que hoy consideraríamos medicina natural era, en su momento, una amenaza para el orden establecido. ¿Sabías aliviar el dolor de cabeza con una infusión de lavanda y laúdano? Bruja. ¿Le diste un cataplasma de cebolla cocida a una vecina para el cólico del niño? Claramente, estabas usando poderes sobrenaturales… y probablemente robados al diablo.

    Como fue el caso de Blanca Bardiera, una inmigrante francesa asentada en Sant Feliu de Llobregat, acusada en 1578 de brujería. ¿Su crimen? Preparar sopas de tomillo que, según algunos, tenían propiedades curativas sospechosas. A pesar de que varias personas testificaron a su favor, el simple hecho de conocer remedios caseros la llevó a juicio. Entonces: ¿Brujería o histeria colectiva? La balanza se está inclinando hacia un lado con peso…

    Bailes nocturnos y aquelarres en los montes

    Otra de las leyendas más pintorescas era la de las reuniones secretas en las montañas, donde las brujas bailaban desnudas alrededor de un fuego, cantando canciones impías y bailando sardanas. Acordémonos de que el diablo habla catalán en estas reuniones, pues qué iban a bailar entonces: sardanas. Así lo confesó bajo tortura Margarida Tafanera, una de las condenadas por brujería o histeria colectiva en la Villa de Terrassa.

    Se hablaba del Pedraforca y otras cumbres catalanas como epicentros del mal. En realidad, muchas veces eran simplemente reuniones de mujeres con ganas de hablar y compartir su día a día, pero eso ya era suficiente para levantar sospechas.

    En resumen…

    Lo que hoy consideramos supersticiones pintorescas, en su día costaron la vida y la libertad a cientos de mujeres en Cataluña. Por suerte, ahora podemos mirar hacia atrás y reconocer abiertamente que no era brujería sino histeria colectiva, en la mayoría de los casos.

    Estas historias nos muestran cómo, en tiempos de incertidumbre, el miedo y la ignorancia pueden llevar a acusaciones infundadas con trágicas consecuencias. Hoy, al recordar estos casos, como hago en mi novela Por bruja y hechicera no solo rendimos homenaje a las mujeres que sufrieron injustamente, sino que también reflexionamos sobre la importancia de la justicia y la razón en nuestra sociedad.

  • El origen oculto de las brujas

    maestras cerveceras: el origen oculto de las brujas

    Cuando pensamos en una bruja, la imagen típica que nos viene a la cabeza es la de una mujer con un sombrero puntiagudo, un caldero burbujeante y, tal vez, un gato negro mirándonos con ojos misteriosos. Pero, ¿sabías que el origen oculto de las brujas podría estar inspirado en las maestras cerveceras medievales?

    Las primeras maestras cerveceras

    Antes de que la elaboración de cerveza se convirtiera en una industria dominada por los hombres, muchas mujeres eran las encargadas de fabricarla y venderla. Durante la Edad Media, hacer cerveza era una tarea doméstica común. Muchas mujeres producían esta bebida tanto para el consumo propio como para la venta en los mercados locales. Estas maestras cerveceras, conocidas como “alewives” en Inglaterra, llevaban atuendos muy particulares cuando salían a vender su cerveza: un gran sombrero puntiagudo para destacar en la multitud y una escoba en la puerta de su hogar o taberna como señal de que tenían cerveza fresca a la venta. Parece el origen de las brujas y su vestimenta, ¿verdad?

    El origen oculto de las brujas: calderos burbujeantes y gatos negros

    caldero de cerveza y el origen oculto de las brujas

    El caldero burbujeante también tiene su explicación. La cerveza se elaboraba en grandes ollas, donde se hervían ingredientes como cebada y lúpulo. Al verlo desde fuera, cualquiera podría pensar que estaban preparando una poción mágica, cuando en realidad solo estaban cocinando una deliciosa y espumosa bebida.

    El gato negro también tiene su origen en la historia de estas cerveceras. Estos animales eran compañeros de las mujeres que elaboraban cerveza porque mantenían alejadas a las ratas y otros roedores que podían contaminar los ingredientes. En una época en la que la superstición era fuerte, no fue difícil que la gente empezara a ver conexiones entre estos elementos y la brujería.

    Pero ¿fue un simple atuendo peculiar, un gato negro y un caldero el único origen oculto de las brujas tan temidas y perseguidas durante siglos?

    De cerveceras a brujas perseguidas

    ¿Cómo pasaron de ser cerveceras respetadas a brujas temidas? Con el tiempo, la producción de cerveza se fue industrializando y los hombres comenzaron a tomar el control del negocio. A la par, se desató la caza de brujas en Europa y muchas mujeres independientes, especialmente aquellas que trabajaban en la elaboración y venta de cerveza, fueron acusadas de brujería para eliminar competencia en el mercado. Así, la imagen de la mujer con el sombrero puntiagudo, un caldero burbujeante y su gato negro, pasó de ser una figura cotidiana en el mercado a el origen oculto de las brujas. Un ícono de lo sobrenatural y peligroso.

    Hoy en día, muchas cerveceras artesanales están reivindicando este legado y reconociendo el papel fundamental que jugaron las mujeres en la historia de la cerveza. Incluso hay cervezas inspiradas en estas antiguas “brujas cerveceras”, que rinden homenaje a su oficio y a la injusticia que sufrieron.

    Así que la próxima vez que levantes una jarra de cerveza, recuerda que, en algún momento de la historia, podría haber sido preparada por las expertas manos de una bruja cervecera. Y si ves un gato negro cerca de la barra, ¡quizás sea una señal de que la cerveza es realmente buena!

  • Pociones y hechizos de amor: cuando Cupido necesitaba ayuda

    Pociones y hechizos de amor: cuando Cupido necesitaba ayuda

    El amor, esa fuerza imparable que mueve al mundo… y que a veces nos deja buscando soluciones desesperadas como rituales, pociones y hechizos de amor. A lo largo de la historia, muchas personas han tenido la brillante idea de acudir a hechiceras y curanderas para intentar conquistar a su crush medieval o salvar un matrimonio que se tambaleaba más que un taburete cojo. Porque, si en algo ha sido constante en la humanidad, además del pan y el vino, es en la búsqueda del amor.

    Hoy te traigo un recopilatorio de algunos de los hechizos de amor y pócimas más populares a lo largo del tiempo, junto con la fascinante (y un poquito surrealista) dinámica de recurrir a estas expertas del amor alternativo.

    Hechizos de amor… ¿cebolla, saliva y uñas?

    1. La pócima del vino especiado: en la antigua Grecia y Roma, una pócima infalible para atraer el amor consistía en mezclar vino con miel y algunas hierbas «misteriosas» (seguramente romero, menta o algo que quedase en la despensa). Luego se daba de beber al objetivo de la pasión. ¿Resultado? Bueno, si no surgía el amor, al menos la cena tendría buena pinta.
    2. El hechizo de la cebolla bajo la almohada: durante la Edad Media, era común que una joven soltera colocara una cebolla pelada bajo su almohada. La teoría decía que soñaría con su futuro esposo. Ahora bien, no sabemos si lograban soñar con su amor o con sopa de cebolla, pero en cualquier caso el sueño olería fatal.
    3. El clásico amuleto de pelo: las brujas aconsejaban atar un mechón de tu cabello con el de la persona deseada y esconderlo en un lugar secreto. Esto simbolizaba la unión eterna. Solo que nadie te contaba qué hacer si el amado descubría el mechón en su zapato y salía corriendo del susto.
    4. El filtro de amor medieval: esta receta era más avanzada. Se mezclaban pétalos de rosa, pétalos de amapola, vino tinto y (prepárate) gotas de sangre menstrual. Sí, lo sabemos: hoy en día sería difícil venderlo en una coctelería hipster.
    5. Piedra de caramida: El truco consistía en frotar un trozo de esta piedra por la ropa al crush medieval, tal como lo explica una de las protagonistas de Por bruja y hechicera , y así lograr que ese amor platónico no quisiera alejarse de tu lado (¿relación tóxica a la vista?). En plan: «tienes una pelusa en el jubón» y aprovechar para refregarle la caramida como quien unta mantequilla al pan.

    Visitas a las «maestras del amor»

    La gente acudía a las llamadas brujas o curanderas no solo por estas pociones y hechizos de amor, sino también para vengarse de un ex o asegurar la fidelidad de su pareja. Imaginamos a estas mujeres viviendo solas en los márgenes de las comunidades, rodeadas de misterio, gatos y hierbas secas colgadas de las paredes. Pero la supuesta bruja también podía ser la vecina de al lado, sin ir más lejos. Para gustos, los colores.

    La escena típica incluía al cliente desesperado rogando por una solución, mientras la bruja removía calderos y le daba consejos que hoy bien podrían ser slogans de Instagram: «Confía en la energía del universo, pero añade romero, por si acaso.»

    ¿Funciona o no funciona el ritual del amor?

    Si nos ponemos serios, estas pociones y hechizos de amor tenían tanto éxito como el horóscopo de la revista de la peluquería. Pero su importancia radica en cómo representaban el deseo humano por controlar algo tan incontrolable como el amor. Después de todo, es comprensible: amar siempre ha sido una especie de magia misteriosa, aunque a veces bastante torpe.

    ¿Moraleja? Si el 14 de febrero te ves desesperado, mejor que el filtro de amor medieval, opta por una novela romántica, chocolate y una playlist. Mucho más limpio y, francamente, con mejor sabor.