
Hay pocas cosas más tentadoras que volver con un ex. Bueno, sí: el pan con Nutella. Ese mensaje recibido a las 2 de la mañana que dice “He estado pensando en ti”. A ver, ¿ha pensado en mí o se le acabó la serie y el silencio le hizo recordar mis memes y mi risa nasal? No importa. El caso es que las segundas oportunidades en el amor nos hacen vibrar. Y a veces, también nos hacen tropezar dos veces con el mismo WhatsApp.
En la literatura, este tema es un clásico. Desde las novelas de Jane Austen hasta la más contemporánea Colleen Hoover, el amor reciclado —o “revisitado”, si queremos ponernos elegantes— da mucho juego. Hay algo irresistible en ver a dos personajes que lo dejaron (o ni siquiera empezaron bien) darse cuenta, tiempo después, de que quizá no estaban tan mal. A lo mejor solo eran dos idiotas inmaduros con traumas sin resolver.
Literatura y segundas oportunidades en el amor

Persuasión, de Jane Austen.
Si hablamos de segundas oportunidades, Anne Elliot y el Capitán Wentworth se llevan el Oscar, el Nobel y el Grammy. Ella lo rechaza por presiones familiares (porque en el siglo XIX el amor romántico era bonito, pero menos que un buen apellido). Ocho años después, él vuelve, guapo, rico y aún con resentimiento. Es decir: todo lo que una historia necesita para hacernos sufrir deliciosamente. Y al final, por supuesto, se dan una nueva oportunidad. Porque Austen sabía que el tiempo no cura las heridas, pero sí mejora a posibles los maridos.

Un paseo para recordar, de Nicholas Sparks.
Sí, puede parecer pastelosa. Sí, probablemente te hizo llorar, aunque finjas diciendo que fue una cebolla la culpable de tu llanto. Landon y Jamie se encuentran, se transforman, se enamoran… y aunque el final no es exactamente de “comieron perdices”, hay una segunda oportunidad de amor en cómo él cambia su vida por ella. Sparks no perdona, pero redime.

Los puentes de Madison County, de Robert James Waller.
Esta novela tiene una especie de segunda oportunidad que nunca se concreta, y por eso duele tanto. Francesca y Robert viven un amor breve, pero intenso y eterno. No hay final feliz, solo la certeza de que a veces la segunda oportunidad en el amor no es volver a estar juntos, sino haberse encontrado cuando la fe en el amor estaba perdida.

No hay dos sin tres, de Francine Zapater (¡presente!).
Una novela romántica que juegan con la idea de que el amor necesita tiempo, madurez, y muchas veces, no una, ni dos, sino ¡hasta tres oportunidades! Porque si no funcionó una primera, ni una segunda vez, quizá eso no signifique que no era el amor de tu vida… sino, más bien, que no eras quien eres ahora, y esa perspectiva de madurez y crecimiento personal, lo cambia todo, hasta el amor.
Entonces, ¿valen la pena las segundas oportunidades en el amor? La literatura parece decir que sí. O al menos que valen la pena para una buena trama. Porque, seamos sinceros, el corazón tiene memoria, pero también tiene amnesia selectiva: olvida los gritos, o los reproches pero recuerda los abrazos bajo la lluvia o los besos de madrugada.
Y si todo falla, siempre queda el pan con Nutella. Ese nunca decepciona.